martes, 4 de septiembre de 2007

El club de la Pipa IV

Desenlace Fatal

Prosigo una tragedia donde se cruza la soledad de una multitud
con la comunión de las lujurias.
Los ánimos convulsivos solo gozan de alegrías tristes.

Entonces las instancias más inquietantes de mis retiradas
envenenan mis deseos y se apoderan de mis recuerdos.
El terror reaparece solo en los corazones desolados.

Y acaricio manos en brazas, e intento amarrarme a pasamanos invisibles,
y me acerco a la fiebre en la locura y el delirio.
Por eso los ojos cerrados inventan calabozos desiertos.

¿Cuántas eternidades virtuales llegan a mi?
¿Cuántas eternidades impulsan el lado cordial de mi vida?


Estamos aprendiendo a establecer nuestros vínculos
en atormentadas vacilaciones con nuestra agonía.
Emprendimos nuestra salida y dejamos la botella llena,
y las miradas empastilladas absuelven tus consuelos,
recomenzando tu tragedia,
que retiene tu bronca entre los dientes,
que inyecta pulsiones fanáticas que te aniquilan.

NR




La sombra se deslizaba ocultando penumbras y recuerdos.
Todos los ojos corrían a su encuentro,
disolviéndose en lágrimas y estallando en la oscuridad.
El movimiento de la sombra llevaba consigo infiernos acechadores
que invitaban tempestades de sueños e ilusiones.
El movimiento de la sombra ocultaba la aniquilación de energía,
la eliminación de tus tendencias insurrectas e innovadoras.
El movimiento de la sombra decía que para evitar las despedidas
se necesita de las buenas comedias.
Pero el movimiento de la sombra siempre requiere de la tragedia,
y se mueve por la necesidad
y la puja constante entre el sol que la retiene,
y nuestros corazones que intentan desecharla.

NR






Una fuerza ciega y misteriosa enfrentó, inevitablemente,
a tu lado más infantil con tu desolación.
Una acumulación de bronca y chucherías virtuales
que controlaban tus tristezas
reventaron en un estallido contra tu lado estéril.
La catástrofe pasada quedo en evidencia,
nadie podía recoger a aquellos alientos insurrectos,
nadie podía predecir aquel espectáculo clandestino:


El coliseo prendido fuego, sus asistentes alucinando ventanales de bellezas,
y los actores principales dispersos, le lamen el culo al diablo
para alcanzar el nuevo olimpo.
El coliseo hecho llamas, una multitud invoca espejos rotos,
una llamarada de agua ardiente, y un misil que se dirija al cielo.


Una fuerza múltiple e inevitable envenena, forzosamente,
las noticias del día y las últimas primicias.
Una acumulación de llantos e impotencias escupieron
remedios y esteroides hacia una larga resignación,
que empalagaba salivas contra la vereda.


Un desliz contra el suelo, apertura terrenal inspiradora…


NR

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creci con Los Redondos. Me parece. Hay giros linguiticos en tu obra caracteristicos de Patricio Rey. No son solo palabras anudadas arbitrariamente, son sentimientos vueltos palabras, son palabras vueltas sentimientos. Me gusta. Una palabra, un infinito de sentimentos. Mucha expresion, muhos giros a la escencia de un idea que late y vuelve a latir. ¿Que es escribir si no es una busqueda constante de expresion? Creo que aqui esa busqueda encontro su forma.