jueves, 27 de septiembre de 2007

Calle. Institución y escenario cotidiano de la tropa que ríe.

"Sheriff! Sheriff! Ladrá! Ladrá! y mordé!"
Beilinson - Solari

Asoma la mano de su grito cuando empieza a perderse entre las últimas fracciones de tiempo que sancionan que es el final. Cuando el final es cosa de Otros, que sumidos en la máscara del amo sólo galopan, al tiempo que la calle de ojos mudos hace granizo de sus pieles. Sin saber (siempre sin saber) que la voz no es la voz. Que las muecas retornan del intento de matar la urdimbre de huesos que son canciones. Que cuanto más se manda a dar vuelta una escalera para que los pasos caigan, menos sellan pupilas de sal, que queman.
El tipo que lo mira sin herirlo goza de la voz que le viene del asfalto. No va jugar nunca al último tiro. No sabe más que de las tiranías de la niebla que está por asomar. Y cuando dispara no entiende que no es más que la ropa de voluntades-rehenes-de-infinitos-goces. Y así hace de su uniforme el último eco de una copa que no deja de caer. Hasta que apunta y vuelve a gozar. Pero entonces asoman las manos de los gritos cuando empiezan a perderse entre las últimas fracciones de tiempo que sancionan que es el final.

Manzana

(La propia organización de las prácticas institucionales reproduce, promueve y habilita el ejercicio de violencia física y psíquica sobre detenidos en cárceles. Y la calle, institución y escenario cotidiano de la tropa que ríe, apunta y fuego).

Manzana

El CELS y MDRI presentan su investigación sobre Salud Mental y Derechos Humanos. El CELS (Centro de Estudios Legales y Sociales) y MDRI (Mental Disability Rights International) presentarán la publicación “Vidas arrasadas: La segregación de las personas en los asilos psiquiátricos argentinos”, el martes 25 de septiembre a las 18 horas en el Auditorio del Anexo de la Cámara de Diputados de la Nación, Rivadavia 1865. El informe documenta violaciones a los derechos humanos contra 25.000 personas que están asiladas en las instituciones psiquiátricas argentinas.

domingo, 23 de septiembre de 2007

La anestesia del durmiente

Desperté en ningún lado. A ninguna hora. Un espejo dado vuelta que lloraba... Pensé. Era alguien en otro. Sin embargo, no había nadie y había tanto, que logré mojar el fuego, quemar sólo un vacío.
Hasta que la puerta se abrió.
O mejor dicho, hasta que el tiempo fue fin y no principio, hasta que un dedo atravesó el puente que fui.
Comencé a jugar.
Cómo ahoga uno mismo sus propios intentos de morir habiendo navegado con ojos y desnudo. Por qué nadie convive con el silencio al menos por un momento, sabiendo que algún día todos vamos a morir.
Aunque ni el sol ni la muerte pueden mirarse de frente se nos ponen de frente con total impunidad y a veces no hay nada más que el sol en su apertura. En su punto de falla. Por lo que vivimos arrojados fuera del nido y también intentamos no perdernos definitivamente, esto es la anestesia del durmiente.
Hasta trepar el sueño. Que así como desnuda así besa. Ríe. Viene a decir. Hasta que el ojo decide abrir el agujero más grande. Que cierra.
Pero entonces la puerta se abre de nuevo.
Hasta estallar.

Manzana

viernes, 21 de septiembre de 2007

Dónde está el nombre

De reingresar al padre a su sitio...
"No sólo en decisiones jurídicas puntuales
sino en el replanteo de una política de filiación
que ubique los lugares de Padre e Hijo en la escena de lo humano,
devolviéndolos a su posición en la palabra.
Si reintegrar el sujeto a su historia tiene algín sentido humano,
sólo lo será al sostener la ley
desbaratando la impostura."
Carlos Gutiérrez

A los en-crucija(dos).

La pregunta ante el espejo
el quieto
inmutable
doble
con revés.
Con y sin reflejos.
Unos que no hablan
porque no llegan.
Porque no partieron del origen.
Sólo las piernas con sus ojos abiertos mirando el fondo de la tierra
(ahí donde mirar muere)
no alcanzan a subir el grito que dibuja su nombre.
Cuando no hay nombre por donde subir.
O cuando subir lleva al juego donde el Nombre quema
sabiendo que su voz acaricia
y corre
y entonces alcanza sólo con respirar.
Entonces el espejo otra vez se da vuelta.
Y otra vez no hay nada.
Sólo el tiempo donde se congeló la mano de la jaula.
Otra vez no hay nada.
Sólo la jaula congelada en su tiempo
en su palabra
que entonces no puede ser palabra
porque la jaula no está cerrada.
Está jaula.
Sin posibilidad siquiera de no detener-(se)
para intentar al menos ir en busca de los ojos que faltan
pero Miran.
Faltan pero Miran.
Miran.
Hablan.
No estallan sin nombrar.


Manzana.

(¡¡Gracias a El placer de vagabundear por el espacio!!)

El club de la Pipa VI


Pintura de Fer.


El arrebato de los corazones


Quiere dormitar perpetuamente,
pero algunos sueños la despiertan,
entonces llora y revienta en miles de escombros
que se confunden en la calle.
De vez en vez abre los ojos y su extrañeza la inquieta
hasta reorganizarse con la llegada de un espectro de alas
que la invaden y la metamorfosean
bajo una nueva marea de supersticiones.

Pero sus sensaciones no pueden ser contenidas en su cuerpo,
y comienza a fragmentarse en miles de ficciones
que intentan reorganizarse bajo una de las agujas del reloj.

En ese malentendido existencial aparece el entendimiento
y hace de tu aliento una plataforma vacía…

Ya no hay lugar para tus repasos y maniobras extraordinarias…

Hombres educados y reflexivo agudizan tu dicha,
y tu inocencia florece violentamente,
retrocediendo tu posibilidad de desarmar los engranajes platónicos
que inmovilizan tus ojos.

Simbiosis eterna entre tu mente y tu contemplación…
Arrebato de los corazones en un mundo explosivo…

NR



No siempre el fuego prende la pólvora que se desprende de tus pasos.
Pero en esta ciudad todo revienta por los aires aunque el fuego no arranque.

Ciudad explosiva detrás de un torbellino de misiles impotentes:
milicias adiestradas a enredar sus cometidos con su intrepidez,
quitan tus ánimos del bolsillo, aniquilan tus consuelos,
y arrebatan tus corazones antes de fugar.

Ciudad explosiva, vuelan por los aires las sonrisas tristes...
Dos se miran pero no se reconocen.
Encuentro espejo,
desierto de juguetes sacrificados
que te confinan a lo irreconocible.

Por eso cuesta tanto arrancarle la treta a un soldado.
Por eso cuesta tanto despegar vuelo en tus alas…
Pero todavía quedan tus saltos, pequeñitos tus saltos…
Pero saltos… tras el paso de una cuerda que aun operas.

Perversa ciudad explosiva, te promete una senda
y deposita en sus baldosas explosivos inminentes.
Y tus saltitos, son tus saltos…
Inminentes combustibles de un nuevo salto.


NR

martes, 18 de septiembre de 2007

LA NAFTA ESTA DEMASIADO CARA???

Bueno despues de una escuesta larguisima se pudo comprobar que para varios integrantes del equipo duren, la suba de la nafta los ah perjudicado demasiado y por esto deben cargar gas,ya que el gasoil les parece demasiado grasa.
Lluvia reveladora

¿Como puedo sentir, si mi piel ya no es lo que me contiene? Mis ojos ya no ven personas, y mis oídos ya no oyen palabras. Solo me queda este vacío sepulcral que penetra más y más en mi carne; para que, en los días en que el sol se oculta sobre un inmenso piso de nubes, mi fragilidad brote por cada uno de mis poros reflejando la apatía de la existencia, haciéndome transpirar llanto de dolor, mezclándose con las lagrimas que envía dios para que sepamos que solo somos mortales. Hoy veo la sonrisa escéptica en cada espejo, y siento ese peso de la mortalidad sobre mis hombros, haciéndome caer sobre la tierra para fundirme en ella. Ahora, las gotas de lluvia caen por completo sobre mi como agudas dagas, y aunque mi carne ya no es tal, sangra con cada una de las estocadas. Así, se me revela la agonía como el ultimo de mis sentimientos ¡Un día más he de morir, para saber que sigo vivo!

* * *

Tristeza, soledad, locura, miedo, sufrimiento, fragilidad...
Wilson logra confundir su razonamiento por momentos, quizás días, meses, quizá una vida, y por fin cree que alguna vez alcanzara la felicidad.
Nunca va a saber que es lo que lo define, debatiéndose entre su contradicción, Wilson respira cada bocanada con esperanzas, despierta cada mañana con interrogantes, con inseguridad, y se refugia cada noche en su agonía por la incertidumbre de no saber. No sabe ni conoce, quisiera verse a si mismo, dar cuenta que su sangre corre por venas y arterias. ¿Que sentimientos son buenos o malos para guiar a una persona? Wilson anhela el odio que no siente, el amor que no lo conmueve, y a un dios en el que no cree. Sus utopías quedan relegadas por la cotidianidad, que lo acobija ante el terror de sus pensamientos, sus tormentos, convirtiéndolo en un sabio, un laburante, un padre, un aficionado,... un hombre.
¿Será realmente la cotidianidad la salvación de Wilson?
Se pregunta hasta cuando podrá soportar, si la cordura aguantara la confrontación de su eterna fragilidad, si su miedo a la tristeza lo dominará, y si el sufrimiento por la soledad lo va a condicionar un día más.
Wilson se despierta, volvió a soñar con una posible realidad, y desconfiando de su vigilia, levanta su cuerpo para emprender las tareas del día....

Esteban (Wilson, un personaje muy particular, que estoy seguro que alguna vez volvere a encontrar)

lunes, 17 de septiembre de 2007

Risas digitales se posan en rasguños de instantes perdidos.
Una marcha hacia la mutación del extraño con su sombra, que termina inclinando la balanza hacia la resignación de la memoria.
Congelamiento de sueños que intentan frenar el tiempo frenético, y te alivias el alma con solo presionar el botón.
Y es así como decidís encerrarte en la geometría del límite.

HB, EB, NR.

viernes, 14 de septiembre de 2007

La incipiente pareja de la plaza de Lomas.

Sonríe a un teléfono y proclama fidelidad.
Conversa con un espejo que pantalla fusiones de ánimos.
Vinculaciones encaminadas a la escisión eterna con tus sentidos.
Irradiación de plataformas mundanas en un mar sin hombres.

Se produce la primer cita,
tímida y ciega
Dos resortes regulados por intimidaciones nucleares,
ojos irreconosibles, tactos secos,
y un beso del adiós.

El fruto de la manzana que no cayó del árbol.
Manzanas prometidas y seductoras...
Dios las escupe...
Deseo perturbador...
Llamadas...
Risas tristes...
Cuentos que empiezan y terminan
con un teléfono que interrumpe
el silencio que te acecha.

NR....con la complicidad de 2 monigotes que alguna vez tomaron del sol de La Isla
(Gracias a la pareja, muchas gracias)

lunes, 10 de septiembre de 2007

El club de la Pipa V

"El grito de la matanza" Grabado por HB


El grito afónico



La variación del grito depende de la intensidad del silencio retenido.
El silencio retenido no es solo callar, también es no encontrar
la melodía donde poder acoplar tus sonidos.
El silencio retenido es gritar cada vez con mayor volumen
y no escucharte.
Mientras mayor es la intensidad del silencio retenido,
mayor es la posibilidad de que el grito surja en forma afónica.
Porque el silencio retenido lastima tu garganta,
estrangulándola a través de tus cuerdas sueltas sin usar.

Pero el silencio retenido es solo una de las condiciones de posibilidad.
Porque el grito afónico vive de un acontecimiento:
una multiplicidad de bocas ardiendo intentando
revivirse mutuamente,
producen un estallido en su encuentro,
que agudiza tus sentidos, expulsando tus silencios.

NR



Una aterradora negación a proseguir exclamando aullidos incumbidos.
Un incesante aluvión de dichos irradiantes engendra fuegos innovadores.
La vibración del pecho reclama sonidos que alivian los enfrentamientos.
Un grito afónico invoca antiguos señuelos
que se funden con retazos de improvisaciones.

Pero no todo el que crea es soberano de su infinito.
Un director de orquesta lame tu garganta y escupe en tu cara.

La resonancia comienza ha disiparse entre los antiguos aullidos,
convirtiéndose en silencios irreversibles.
Todo quedo igual que al comienzo…
Por suerte queda algo para recordar…

¿Pero hasta cuando podemos mantener el silencio que nos enceguece?
¿Seguiremos gritando estrofas artificiales?
¿Cargaremos pedazos de tiempo en el pecho, eternamente?

Quizás volvamos a negar nuestras estatuillas.
Quizás aparezca algún otro grito afónico.

Pero fuera de cualquier improvisto,
quedaran bocas abiertas atentas a que alguna brisa
traiga algún llanto lamento,
para que ahogue las palabras.

NR



Se eleva entre los cuerpos, o ellos mismo lo elevan.
Queda suspendido en el espacio
agitando sus ojos tratando de explicar lo inexplicable:
Un grito afónico, una canción que ingresa en su cuerpo,
los pibes que lo apoya en su exclamación,
y unos hombros lo ayudan a mantener su trascendencia.
De su frente caen gotas de agotamiento lujurioso que se mezclan
con una marea de brazos que intentan recuperar su aliento perdido.
El silencio de todos se funde en una melodía única y destructiva
que recicla la tristeza para reducirla en una oración.

Ya es todo un oratorio de promesas presentes…
Ya las remeras pintadas se desvanecen en la piel…
Ya tenemos formas de arruinar
la maldita rutina que regulan las horas…

Un grito afónico se hizo grito, o lo hicieron quizás.
Inunda las radios y espectáculos envenenando oídos
y hechizando tus deidades.
Cumple promesas futuras destruyendo tu pasado
y capturando tu presente.

¿Quien hizo aquel grito que se parece tanto al nuestro?
¿Cómo se lo llevaron si todavía esta afónico?

Estamos afónicos, se enriquecen con nuestra oración,
posiblemente estemos destinados a la expropiación eterna.
La fruta madura de nuestros tramas queda engranada
entre nuestra garganta sangrada.
La saliva choca contra el graffiti que prometía tus alivios,
y las bellezas refuerzan tu seducción,
y quedas apartado reclamando un atajo…

El grito afónico mantiene tus sentimientos vivos,
y te avisa que todavía podes crear un melodía propia
donde poder bailar hasta morir.

NR

domingo, 9 de septiembre de 2007

El borracho del conurbano

Si nos resulta casi imposible distinguir entre el ensueño y la vigilia, para cualquier hombre del conurbano, le resultaría igual de difícil distinguir entre la embriaguez y la sobriedad... probablemente, ese estado de embriaguez, cada vez mas apreciado semana tras semana, sea la única oportunidad que tenga este hombre del conurbano para poder desarrollar y expresar sus sentimientos mas profundos. Cuando por fin logra liberarse de sus represiones, por medio de una relativa ingerencia de alcohol, es cuando la felicidad, la tristeza, el miedo, el dolor, o quizás todas estas sensaciones juntas, comienzan a agobiarlo, y sin ningún tipo de limites, estos sentimiento se desarrollan hasta el infinito, provocando los mas desgarradores deseos de suicidio, pero a su vez, otorgando un poder y una fuerza invencible, generando por unos instantes, quizás mas, un éxtasis incomparable, un frenetismo avasallador que hace que cualquier sujeto pudiera conquistar el mundo sin mayor esfuerzo. Es imposible determinar cual es la supuesta respuesta que un borracho del conurbano puede dar en este estado, e incomprensiblemente, sus diferentes respuestas no dependen de la cantidad de alcohol que ingiera, sino todo lo contrario, con una cantidad ínfima de bebida, el hombre del conurbano es capaz de sumergirse hasta las lagrimas, o bien, extasiarse en las mas largas carcajadas, insoportables para cualquier otro que no comparta su estado, o simplemente no comprenda el porque de ellas...lo sorprendente de estos sentimientos, es que son tan ínfimos pero tan profundos, que se puede pasar de uno a otro, con solo ser afectado por la mas mínima brisa, ante el mas inoportuno comentario, o simplemente por puro bajón. Sin embargo, no importa el estado por el que pase un borracho del conurbano, simplemente no puede negarse que por fin se siente vivo, que ha abandonado ese escepticismo que lo caracteriza en su sobriedad, y que por fin puede dejarse llevar por sus utopías mas ilusas, o abandonarse a sus deseos carnales, mas no sin dejar de sentirse a si mismo. Pero por mas que este hombre del conurbano espere que estos sentimiento sea interminables, que desee mas que nada no volver a la inercia de la rutina, la vigilia irrumpe en su cuerpo con una violencia incomparable, generando la sensación misma de la muerte en vida, si se pudiera decir tiene un ínfimo índice de vida en su cuerpo, llevándolo hasta el arrepentimiento mas sincero, y atormentándose por el dolor y el malestar, jura no volver a tomar nunca mas, por lo menos no, hasta el próximo encuentro...


Esteban ( el hombre que vio a la partera)

sábado, 8 de septiembre de 2007

Los Fantasmas

1.
Ante nosotros otra vez el viejo yo.
Macabros malabares
Equilibrismo sin fin
(Y todo para conservar cierta entereza.)
Alegrías tristes,
Pasiones tristes.

Neurosis.

2.
Mi viejo yo me persigue en las
estaciones de subte.
Me grita cosas y no me deja hablar.¡
Qué maligno puede ser uno consigo mismo!
¿O ya no es uno ese viejo yo que ahí late?
Y si no es uno, ¿quién es?
Y si es uno, y es maligno,
¿cómo puede ser?
Cuando el viejo yo se esconde entre los instintos,
entre la sangre y la carne,
Y nos corre por los andenes…
No hay salvación ni entereza posible.

E.M.

viernes, 7 de septiembre de 2007

Jungla de libros, que guardas todos los secretos, que brindas todos tus saberes. En un libro el aleph, en el aleph, un libro (todos lo libros); en un segundo, en todos los segundos, en una vida, en todas las vidas. Servís placer, saber, como preocupación y desidia pero ya no se puede volver. Que tan pobres seriamos sin los libros, que tan pobres somos sin los libros, pero solo entre líneas; inconexas algunas que escapan a la lógica y se vuelven pasionarias. Gracias libros por dejarme conocer al mundo sin salir del mío (picardía). Gracias libros por dejarme sonreír a Borges, saber a Pushkin y a Storni. Les debo la nada de mis días, les debo el placer de mi sonroja, les debo que me hayan expuesto al inconmensurable (trascendencia), les debo que me hayan compartido el todo. Mi yo les debo, el infinito les debo, porque una vez escrito ya no tiene autor; es de ellos, solamente, de ellos, la gran secta que son los libros.

Persa - Mauro

martes, 4 de septiembre de 2007

El club de la Pipa IV

Desenlace Fatal

Prosigo una tragedia donde se cruza la soledad de una multitud
con la comunión de las lujurias.
Los ánimos convulsivos solo gozan de alegrías tristes.

Entonces las instancias más inquietantes de mis retiradas
envenenan mis deseos y se apoderan de mis recuerdos.
El terror reaparece solo en los corazones desolados.

Y acaricio manos en brazas, e intento amarrarme a pasamanos invisibles,
y me acerco a la fiebre en la locura y el delirio.
Por eso los ojos cerrados inventan calabozos desiertos.

¿Cuántas eternidades virtuales llegan a mi?
¿Cuántas eternidades impulsan el lado cordial de mi vida?


Estamos aprendiendo a establecer nuestros vínculos
en atormentadas vacilaciones con nuestra agonía.
Emprendimos nuestra salida y dejamos la botella llena,
y las miradas empastilladas absuelven tus consuelos,
recomenzando tu tragedia,
que retiene tu bronca entre los dientes,
que inyecta pulsiones fanáticas que te aniquilan.

NR




La sombra se deslizaba ocultando penumbras y recuerdos.
Todos los ojos corrían a su encuentro,
disolviéndose en lágrimas y estallando en la oscuridad.
El movimiento de la sombra llevaba consigo infiernos acechadores
que invitaban tempestades de sueños e ilusiones.
El movimiento de la sombra ocultaba la aniquilación de energía,
la eliminación de tus tendencias insurrectas e innovadoras.
El movimiento de la sombra decía que para evitar las despedidas
se necesita de las buenas comedias.
Pero el movimiento de la sombra siempre requiere de la tragedia,
y se mueve por la necesidad
y la puja constante entre el sol que la retiene,
y nuestros corazones que intentan desecharla.

NR






Una fuerza ciega y misteriosa enfrentó, inevitablemente,
a tu lado más infantil con tu desolación.
Una acumulación de bronca y chucherías virtuales
que controlaban tus tristezas
reventaron en un estallido contra tu lado estéril.
La catástrofe pasada quedo en evidencia,
nadie podía recoger a aquellos alientos insurrectos,
nadie podía predecir aquel espectáculo clandestino:


El coliseo prendido fuego, sus asistentes alucinando ventanales de bellezas,
y los actores principales dispersos, le lamen el culo al diablo
para alcanzar el nuevo olimpo.
El coliseo hecho llamas, una multitud invoca espejos rotos,
una llamarada de agua ardiente, y un misil que se dirija al cielo.


Una fuerza múltiple e inevitable envenena, forzosamente,
las noticias del día y las últimas primicias.
Una acumulación de llantos e impotencias escupieron
remedios y esteroides hacia una larga resignación,
que empalagaba salivas contra la vereda.


Un desliz contra el suelo, apertura terrenal inspiradora…


NR