viernes, 21 de septiembre de 2007

Dónde está el nombre

De reingresar al padre a su sitio...
"No sólo en decisiones jurídicas puntuales
sino en el replanteo de una política de filiación
que ubique los lugares de Padre e Hijo en la escena de lo humano,
devolviéndolos a su posición en la palabra.
Si reintegrar el sujeto a su historia tiene algín sentido humano,
sólo lo será al sostener la ley
desbaratando la impostura."
Carlos Gutiérrez

A los en-crucija(dos).

La pregunta ante el espejo
el quieto
inmutable
doble
con revés.
Con y sin reflejos.
Unos que no hablan
porque no llegan.
Porque no partieron del origen.
Sólo las piernas con sus ojos abiertos mirando el fondo de la tierra
(ahí donde mirar muere)
no alcanzan a subir el grito que dibuja su nombre.
Cuando no hay nombre por donde subir.
O cuando subir lleva al juego donde el Nombre quema
sabiendo que su voz acaricia
y corre
y entonces alcanza sólo con respirar.
Entonces el espejo otra vez se da vuelta.
Y otra vez no hay nada.
Sólo el tiempo donde se congeló la mano de la jaula.
Otra vez no hay nada.
Sólo la jaula congelada en su tiempo
en su palabra
que entonces no puede ser palabra
porque la jaula no está cerrada.
Está jaula.
Sin posibilidad siquiera de no detener-(se)
para intentar al menos ir en busca de los ojos que faltan
pero Miran.
Faltan pero Miran.
Miran.
Hablan.
No estallan sin nombrar.


Manzana.

(¡¡Gracias a El placer de vagabundear por el espacio!!)

1 comentario:

El placer de vagabundear dijo...

Hola Manzana,muchas gracias a vos por sumarte al espacio, nos gusta mucho tu forma de encarar la posia desde el naufragio, desde lo innombrable.