jueves, 22 de noviembre de 2007

El club de la Pipa IX

"Drenar vida", por Sergio Cena




Los encandilados


Dispuestos a encandilarse,
miles de alientos chocan y se expulsan continuamente.
Mientras tanto la vida gira y continua ardiendo entre los ojos ciegos
que respiran solo en las noches frías.
Los encandilados no somos nosotros, porque nosotros vemos,
necesitan de nuestra percepción, que la luz sea eterna.
Los que se enceguecen son nuestros ojos, nuestros cuerpos que ya no miden las distancias, porque ya no las hay… (hiperconexiones magnéticas)
Somos un subconjunto de supremas autorregulaciones temerosas,
conectados a silencios lujuriosos,
que drenan vida, y consumen tiempos.

Pero que no se ven, no se tocan,
la piel no roza con las miradas, no ríe como venciéndose,
se amortigua en el tacto seco de un deseo que desea,
que duele y que abandona...
que nos quebranta como residuo toxico envuelto en llantos…
Y solo nos quedan cerebros quemados que consumen tiempo,
cuerpos cansados que drenan vida,
pieles que estallan y se marchitan,
alientos que chocan y que se expulsan,
y una noche fría… que drena vida… y te encandila.

Pero como toda luz, determina el color,
también deslumbrar con apariencias y engaños.
Así transitamos la ciudad espectáculo los encandilados,
creyendo vivir nuestros deseos en nuestros ojos ciegos.

Pero como toda luz, determina el color según su energía…
Mis queridos encandilados,
no drenemos más vida en la ciudad espectáculo,
cerremos los ojos, vagabundeemos sin cielo,
y encandilemos la noche, para ver como ella,
estallará de claridad…



NR


"Saliendo" por Sergio Cena .



Saliendo desesperado,
como mordiendo mis dientes,
como pisando mis pies.
No había adentro, porque no había afuera,
desconocimiento fatal.

Igual yo seguía saliendo,
como la espuma que muere en
el liquido que la hizo nacer.
Y aquel eterno comienzo
me revelaría que el otro lado era solo un impulso:
Saliendo…

Vidas entre vidas, saliendo y volviendo saliendo,
una salida hacia al trabajo, una salida del trabajo.
Y así saliendo entre saliendo,
como el que sale del tren,
como el que sale del trabajo.

Y cuanto más cree salir,
cuanto más lo necesita, más adentro esta.
Y aquel remolino incesante de días interminables,
que se llevaron tristezas y frustraciones,
dejaron aquel tibio saliendo,
que nunca podrán eliminar.

Entonces lo comencé a percibir en muchas situaciones,
cuando un compuesto de saliendo, produjo un afuera:
era como un torso que escapa de la marea
que aun lo llevaba,
pero con su impulso produjo una apertura
en el medio del océano,
y transformaba la marea.


Por eso aquel eterno comienzo me revelaría,
que aquel eterno impulso era vivir,
y que algún buen día,
nos permitirá comprender
que el otro lado estaba en nosotros,
y que mientras nos desbordemos de impulsos
resistiremos aquel eterno comienzo:
cuando nos dejan velozmente quietos…


NR





2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Los hombres estarían tan necesariamente locos que no estar loco sería no estar loco por obra de otra forma de locura".
el morta

Anónimo dijo...

Donde están todos pregunta Luis.

Salio a ver que pasaba en la calle/
Y el barrio lo metio para adentro de repente./
Ahí la tele lo esperaba/
Para la cena.

“La verdadera comunidad es virtual”/
Rezan los carteles/
La ciudad lo esperaba/
Para exprimirlo.

Los trenes vienen llenos
para el sur/
Pero adentro están vacíos
y callados/
La conciencia lo esperaba/
Para preguntarle


el morta