lunes, 28 de abril de 2008

Ciudad conectiva

El hombre pueril (ciudad conectiva)

Los autos no viajan solos, a veces los acompañan otros autos…
Las casas no viven solas, suelen estar al lado de otras casas…
Y los hombres salen, o se quedan, pero solos…
Y el mundo se mueve, a veces gira muy rápido, a veces muy lento,
Y los hombres salen, o se quedan, pero no se mueven…
¿Quién nos sujeta a esta soledad?
Salimos en autos, nos quedamos en casas,
Pero estamos solos, y no nos movemos…
Autos que viajan por vos, casas que viven por vos,
y nosotros quietos, viendo que juntitos bailan por nosotros…

NR

Abanicando suspiros

Sobredosis de armas enjauladas,
abanicando sus suspiros de cobardía intestinal.
Su jaula es muy pequeña pero caben sus venenos.
Dictadura esquizofrénica de los que amargan su impostura…
Están hirviendo en sus desechos,
y se transportan en una molécula de salivas frescas.

Las prisiones siempre se escapan del prisionero,
por eso amanecen tus rencores,
y estas a punto de devorarte.

Yo puedo hacer remedio de tus males,
pero no temerte es nuestra más potente rebeldía,
y antes que salte la mecha,
estaremos repartiendo tus dolores por todo el infierno que te encandila,
y te rechaza en la codicia dulce de tu crueldad.

NR

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cómo convertir estas fiebres horribles en delirios creadores…?
En llaves de otros mundos, de esos mundos no inventados que nos llaman durante el insomnio?
Cómo volver esas cárceles escuelas para nuestros instintos, para agrandarlos y dejar, al fin, que nos rijan?
Cualquier noche de estas puede ser el escenario perfecto para nuestras conspiraciones; la incertidumbre, el acceso a la total desobediencia.
nacho