lunes, 31 de diciembre de 2007

El club de la Pipa X

La puta y la muñeca.

…quizás aquella espera violenta, de calle torturadora, de nubarrones de miradas abusadoras y de los innumerables silencios que nos acechaban entre esas sinfonías promotoras de ofertas, algún día serán barriadas de desesperación y de impotencia. Quizás aquellos hombrecitos que pregonan frases incumbidas a presentar su poder estéril y cruel, a través de sus risas ebrias que congelaban nuestro aliento y oprimían nuestras muelas a punto de devorarse, sean lo que nos potencie a reñir. Pero si pudiera decirte, que estoy aquí y te acaricio, que te miro cuando duermes cansada de tanto suplicio, sin pedirte consuelo ni piedad, sino solo esperando a verte en este mediodía, en donde la luna del día iluminara tus ojos, que resplandecerán en los míos, y nos miraremos y caminaremos por aquellos bosques metidos en medio de la ciudad, en donde podremos vagar, sin temerle a nuestras marcas y engranajes que nos confinan al dolor y la soledad. Por eso muñequita mía, yo no te pido que escapemos ni que huyamos, solo te pido esta tarde, de las que siempre se escapan, para desvanecernos en nuestros juegos, para tocarnos y sentirnos, apreciando como pasa la energía por nuestro cuerpo, como llevan placeres vírgenes, que están violados, pero que aun pueden revelarnos como nos envuelven de seducción. Por que de tanto sentir aquel otro torturador, necesitamos nuestro aliento por lo menos por un rato, y devolverlo a la noche, y contarles a todos como nuestro cuerpo se hizo muñeca, duramente frágil, grisáceamente colorido. Y luego volveré a mirarte y a decirte: muñeca vos, y muñeca yo, fusión violenta de nuestra tortura que nos hace muñeca, entre hombres que reclaman nuestra virginidad y nuestra inocencia. Y nuestros deseos muñequita mía, a donde irán, quien se los lleva, quien los aniquila, se habrán ido por siempre… No se, pero yo te aseguro que los veo, mírame nomás. ¿No los ves en mis ojos?, Porque mas allá de nuestra coraza de plástico reñido y a prueba de golpes, están nuestros ojos que miran con deseos adolescentes, que nos permiten distinguir en la espera de la calle torturada, yo y mi muñeca, nosotras y la noche…



Insomios de sexo diariamente fugaz. (Amantes TV- Love)

…y como explicarle que cuando la penetraba mi cuerpo era como una pelusa que se deshacía en el espacio, fugitivo en millares de roces secos, y un resbalón con mi otro lado, cruel e hipócrita, desenvolviéndome en el solo apuro, frió y efímero, que me refugiaba de los misterios que me abandonaban en la noche. Y mis manos se desprendían de mi, y emprendían una aguda búsqueda insatisfecha, de una pisar tibio de arena, de pies descalzos de domingo. Y esos sonidos que retumbaban como lejanos, golpeaban nuestras piernas, y toda la habitación hervía, pero yo seguía posado como un témpano en un desierto, derritiéndome en un lugar equivocado. Mucha transpiración, fluidos que nos pegoteaban y nos expulsaban continuamente, eso era nuestro amor, segregado, veloz y efímero, como nuestros deseos que se abandonan en la dicha de nuestra estética, que se disuelve como el polvo que una vez fue piedra. Es que eran tantas, y tan múltiples, las imágenes desenvolviéndose como libro abierto, que recorrían nuestros apetitos cargados de bellezas insulsas, epitafios de una goce que ya no lo controla nuestro cuerpo, inscripciones violentas de un amor encendido por velas artificiales que iluminaban nuestras perezas. Quizás si pudiera permitirme gozar en la oscuridad de esta habitación, cuando ninguna razón me ilumina mis deseos, cuando el silencio de los sueños permiten escondernos por un rato de la impotencia feliz de las estrellas cuando nos distinguen de nosotros mismo, quizás ahí, como en una especie de inflamación rebelde, tras una fuerte negación a proseguir oliendo aromas incumbidos, podremos escapar desnudos de esta cápsula, reventar contra el vidrio virtual, y fundirnos en la tierra lamiendo las gotas de nuestras huidas…

1 comentario:

Anónimo dijo...

A veces te acercas al borde para ver como es/
a veces incluso das un paso mas./
Siempre volvés.

Tiempo y espacio fundidos en un momento/
es ese momento el que te gusta visitar/
como un viajante te acercas y ves/
con ojos locos, pero siempre volves.

las marquesinas que venden maneras de ser/
y ansiosos compradores de emociones y placer/
recuerdos hechos que recuerdan por vos/
imagenes claras de un paraiso terrenal.


el morta.