viernes, 14 de septiembre de 2007

La incipiente pareja de la plaza de Lomas.

Sonríe a un teléfono y proclama fidelidad.
Conversa con un espejo que pantalla fusiones de ánimos.
Vinculaciones encaminadas a la escisión eterna con tus sentidos.
Irradiación de plataformas mundanas en un mar sin hombres.

Se produce la primer cita,
tímida y ciega
Dos resortes regulados por intimidaciones nucleares,
ojos irreconosibles, tactos secos,
y un beso del adiós.

El fruto de la manzana que no cayó del árbol.
Manzanas prometidas y seductoras...
Dios las escupe...
Deseo perturbador...
Llamadas...
Risas tristes...
Cuentos que empiezan y terminan
con un teléfono que interrumpe
el silencio que te acecha.

NR....con la complicidad de 2 monigotes que alguna vez tomaron del sol de La Isla
(Gracias a la pareja, muchas gracias)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Creo que Internet tiene una característica que juega un papel rector en las lecturas que realizamos en plena revolución tecnológica: la velocidad. En un mundo donde todo es información, donde cada minuto es vorágine,el Negro Raúl apuesta por un pausa.
Levanta la cabeza en el medio de la cancha y nos seduce a tomarnos nuestros tiempos, a escaparle (aunque sea por un rato)al torbellino informativo.
Gracias por tu propuesta Negro Raúl; en tus escritos habita la vitalidad bella y caótica de las calles.
JP