Acontecimientos
Agitados y repulsivos salen andar
ancianos desventurados que
tropiezan con sus colmillos
y oscurecen el infinito de la calle
y paralizan las últimas sombra de la esquina
Agitados y arrogantes salen a chistar
ancianos fabricantes de miedos que arrastran
presas frescas por el anochecer
y dejan prendida la mecha
que derrite los ánimos que entonaban sus tristezas.
Agitados eternamente destruyen fieras fieles,
y renuevan siluetas a pinceladas de erecciones,
promoviendo y reproduciendo la sombra
en que oscurecen tus dolores intestinales.
y ríen por vos…
y aman por vos…
NR
Allá en la travesía de la calle se cuentan los pasos
para dar vuelta antes que se apague la luz,
se recogen los reojos amasando posibles fugas
y escondites para rezarle a algún dios.
Allí también te cruzas al maldito dios
que arrancan los alientos que te acercan a la vida,
te insertas dentro de un aura sin bellezas
que construyen tus bellezas.
La calle allí, ya no es calle donde poder soñar con relámpagos,
ya no es aire del poeta, y perfume de un mendigo.
La calle allí, ya no es calle del ladrón, ni del tranza, ni del ebrio,
ya no hay gente enloquecida por decirle no al final.
La calle allí se ha poblado de gatillos que revientan tu garganta,
que iluminan tu avenida y oscurecen la verdad.
La calle allí se ha colmado de artefactos y carteles,
que iluminan tus alivios y mendigan tu ilusión.
Allá en la senda de la calle, desaparecieron las esquinas
los atajos y las vías, quedaron rectas sin su nombre
y aluviones que te guían.
NR
Mastica el aliento del paraíso,
solo come del fruto del hombre,
solo sabe comer de él.
Mastica sus deseos que brotan,
porque lastima entrar en parcelas,
sin sentir la seducción.
Mastica del sudor y su resentimiento,
porque carece de eternidad
fuera de ese cruel pantano.
Mastica su lengua insatisfecha,
escupe,
vuelve a devorar,
parece feliz,
vuelve a devorar,
finge su suerte,
vuelve a devorar,
sirve su envoltura,
vuelve a devorar,
es goloso porque sabe masticar,
vuelve a devorar,
es goloso y se aparta el plato,
vuelve a devorar,
desprende su cuerpo,
devora infinitamente, devora…
Le duelen sus muecas,
pero respira, porque siempre se vende tu respiración.
NR
Encuentro
Mil almas traicionan su piel, desvían su paraíso
y no corren al reino del gran premio,
y no olvidan su potencia divina,
y transforman su energía conduciéndola a un terreno,
tan terrestre como su muerte,
pero tan posible como la vida.
Que se hace suya en un encuentro,
y que aunque se envenene con la rutina,
agita todo el suelo, llamando al gran dios
a rendirse a su encuentro,
que solo es de ellos,
de ellos creando,
de su destino,
de su decisión…
El encuentro siempre es insólito…
El encuentro reniega heridas…
Su muerte comienza y termina en el cielo.
NR
Consumo preciado, es solo el lugar.
Consumo perfecto, es ese lugar.
Solo consumo, riqueza y prestigio.
Solo compra y venta, debajo cuelga el corazón.
Es el límite del precio y el deseo,
donde se esconde el desierto de tu vestimenta,
que te protege del deseo insatisfecho,
porque cobardes encienden la luz.
Y todo el tiempo se adorna el espectáculo:
Llantos que no se compran, risas que te enceguecen.
Todo se aspira, todo hasta que ruegues.
Luces que te llaman, fieles a tu oído.
Presos a desearte, presos sin sus llaves.
Puercos intestinos, jarabes de su puerto.
Ofertan a su ángel, recuerdan a sus brujos.
Ofertas que consumen, ofertas sin sus llaves.
Decir no, ese es el juego.
Decir que no, esa es la regla,
¿Por cuantos no, uno es vencido?
NR
Los espacios en donde se cruzan el grito y el silencio
comienzan de diferentes formas:
O recogen la saliva de bocas abiertas;
o son respuestas a una amalgama de labios
que escupen la vereda por verla sucia,
en un estado de ebriedad tal
que no descansaran en las noches,
ni se preocuparan por la salud publica,
porque ellos mismos son la calle,
y ella es a sus pasos.
Hagamos de nuestros barrios
el espacio en donde brindaran
nuestros gritos y silencios
para decir que no al cruel espectáculo,
y por fin afirmarnos en nuestros vinos,
de nuestras uvas,
que hervirán al sol.
NR
Recorrido de una serpiente que intenta envenenar
la dulzura de este mundo.
Y penetra cada agujero para desterrar ternura.
Y humedece a cada labio,
porque puede besar el silencio.
Y se esconde en tus delirios más crueles,
porque se le permite imaginar.
Y funde su veneno a la madrugada,
porque retiene cada instante de pasión.
Y se desliza por tus hombros
atravesando el limite de la intimidad,
Y se aleja por el desierto de los inocentes…
Y se oculta en tus deseos…
Y muere en cada caricia,
para revivir en tu piel,
y volver a ser libre.
La piel de una serpiente cambia con las despedidas,
pero se mantiene suave,
porque nunca se olvidan de su recorrido.
Su huella traspasa tu piel,
como hace el sueño con tu corazón.
NR
Agitados y repulsivos salen andar
ancianos desventurados que
tropiezan con sus colmillos
y oscurecen el infinito de la calle
y paralizan las últimas sombra de la esquina
Agitados y arrogantes salen a chistar
ancianos fabricantes de miedos que arrastran
presas frescas por el anochecer
y dejan prendida la mecha
que derrite los ánimos que entonaban sus tristezas.
Agitados eternamente destruyen fieras fieles,
y renuevan siluetas a pinceladas de erecciones,
promoviendo y reproduciendo la sombra
en que oscurecen tus dolores intestinales.
y ríen por vos…
y aman por vos…
NR
Allá en la travesía de la calle se cuentan los pasos
para dar vuelta antes que se apague la luz,
se recogen los reojos amasando posibles fugas
y escondites para rezarle a algún dios.
Allí también te cruzas al maldito dios
que arrancan los alientos que te acercan a la vida,
te insertas dentro de un aura sin bellezas
que construyen tus bellezas.
La calle allí, ya no es calle donde poder soñar con relámpagos,
ya no es aire del poeta, y perfume de un mendigo.
La calle allí, ya no es calle del ladrón, ni del tranza, ni del ebrio,
ya no hay gente enloquecida por decirle no al final.
La calle allí se ha poblado de gatillos que revientan tu garganta,
que iluminan tu avenida y oscurecen la verdad.
La calle allí se ha colmado de artefactos y carteles,
que iluminan tus alivios y mendigan tu ilusión.
Allá en la senda de la calle, desaparecieron las esquinas
los atajos y las vías, quedaron rectas sin su nombre
y aluviones que te guían.
NR
Mastica el aliento del paraíso,
solo come del fruto del hombre,
solo sabe comer de él.
Mastica sus deseos que brotan,
porque lastima entrar en parcelas,
sin sentir la seducción.
Mastica del sudor y su resentimiento,
porque carece de eternidad
fuera de ese cruel pantano.
Mastica su lengua insatisfecha,
escupe,
vuelve a devorar,
parece feliz,
vuelve a devorar,
finge su suerte,
vuelve a devorar,
sirve su envoltura,
vuelve a devorar,
es goloso porque sabe masticar,
vuelve a devorar,
es goloso y se aparta el plato,
vuelve a devorar,
desprende su cuerpo,
devora infinitamente, devora…
Le duelen sus muecas,
pero respira, porque siempre se vende tu respiración.
NR
Encuentro
Mil almas traicionan su piel, desvían su paraíso
y no corren al reino del gran premio,
y no olvidan su potencia divina,
y transforman su energía conduciéndola a un terreno,
tan terrestre como su muerte,
pero tan posible como la vida.
Que se hace suya en un encuentro,
y que aunque se envenene con la rutina,
agita todo el suelo, llamando al gran dios
a rendirse a su encuentro,
que solo es de ellos,
de ellos creando,
de su destino,
de su decisión…
El encuentro siempre es insólito…
El encuentro reniega heridas…
Su muerte comienza y termina en el cielo.
NR
Consumo preciado, es solo el lugar.
Consumo perfecto, es ese lugar.
Solo consumo, riqueza y prestigio.
Solo compra y venta, debajo cuelga el corazón.
Es el límite del precio y el deseo,
donde se esconde el desierto de tu vestimenta,
que te protege del deseo insatisfecho,
porque cobardes encienden la luz.
Y todo el tiempo se adorna el espectáculo:
Llantos que no se compran, risas que te enceguecen.
Todo se aspira, todo hasta que ruegues.
Luces que te llaman, fieles a tu oído.
Presos a desearte, presos sin sus llaves.
Puercos intestinos, jarabes de su puerto.
Ofertan a su ángel, recuerdan a sus brujos.
Ofertas que consumen, ofertas sin sus llaves.
Decir no, ese es el juego.
Decir que no, esa es la regla,
¿Por cuantos no, uno es vencido?
NR
Los espacios en donde se cruzan el grito y el silencio
comienzan de diferentes formas:
O recogen la saliva de bocas abiertas;
o son respuestas a una amalgama de labios
que escupen la vereda por verla sucia,
en un estado de ebriedad tal
que no descansaran en las noches,
ni se preocuparan por la salud publica,
porque ellos mismos son la calle,
y ella es a sus pasos.
Hagamos de nuestros barrios
el espacio en donde brindaran
nuestros gritos y silencios
para decir que no al cruel espectáculo,
y por fin afirmarnos en nuestros vinos,
de nuestras uvas,
que hervirán al sol.
NR
Recorrido de una serpiente que intenta envenenar
la dulzura de este mundo.
Y penetra cada agujero para desterrar ternura.
Y humedece a cada labio,
porque puede besar el silencio.
Y se esconde en tus delirios más crueles,
porque se le permite imaginar.
Y funde su veneno a la madrugada,
porque retiene cada instante de pasión.
Y se desliza por tus hombros
atravesando el limite de la intimidad,
Y se aleja por el desierto de los inocentes…
Y se oculta en tus deseos…
Y muere en cada caricia,
para revivir en tu piel,
y volver a ser libre.
La piel de una serpiente cambia con las despedidas,
pero se mantiene suave,
porque nunca se olvidan de su recorrido.
Su huella traspasa tu piel,
como hace el sueño con tu corazón.
NR
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